Vivimos en un mundo que avanza a un ritmo acelerado, donde cada vez son más importantes las cosas materiales y las personas parecieran perder valor. En consecuencia, aumenta la cantidad de individuos que se sienten infelices y frustrados. Basta ver las cifras de suicidio para tener una idea de la gravedad del problema.
El bienestar es un hábito que hay que cultivar y es preciso esforzarnos para lograrlo. Por eso, quiero compartir 5 prácticas que sugiero hacer a mis consultantes, por los resultados positivos que tiene en la persona que las hace, y cuando se vuelven costumbres, son aún mejores.
1. Agradecer
Puedo imaginar a muchos pensando “pero cómo voy a dar gracias por todas las cosas malas que me están pasando”; es común pensar así, pero no es lo que más te conviene.
El agradecimiento es una fuerza sanadora increíble, hasta puedes sentir cómo una gran energía recorre tu cuerpo cuando lo practicas de corazón. Nos pone en sintonía con el universo, estimula las buenas vibras en nosotros y, como por arte de magia, comienzan a multiplicarse los motivos para seguir agradeciendo.
Sé que es difícil ver la luz cuando estás entre las tinieblas, pero si haces un esfuerzo y ves más allá de lo negativo, verás que algo positivo hay en cada cosa que te pasa. Comienza por cosas pequeñas, siéntelas de corazón y déjate invadir por toda esa energía positiva.
Por ejemplo, te sientes muy mal en tu trabajo, quieres irte pero no has conseguido otro. Intenta ver las cosas buenas de tu situación: tienes un salario que te sirve para vivir, alimentarte, divertirte, etc., estás acumulando experiencia que te servirá en futuros puestos, tienes compañeros con los que compartes y socializas.
Tip: Cada día, al acostarte, piensa en 5 cosas por las que puedes sentirte agradecido; te ayudará a dormir mejor. Si también lo haces al levantarte, comenzarás el día con mejor ánimo.
2. Dejar fluir tus emociones.
A veces pensamos que reprimiendo las emociones las “mantenemos en control”, nada más errado. Cuando vives ocultándote de tus sentimientos, como si no los tuvieras, lo único que consigues es que tu sistema los convierta en una enfermedad. Para evitar esto, dejar salir lo que sientes.
Lo ideal es que hables con las personas involucradas, pero si no puedes hacerlo, intenta escribiendo. También puedes sentarte frente a una silla vacía, como si la persona estuviese ahí, y “hablar con ella”. Llorar si lo necesitas, grita, lo importante es que dejes salir todo lo que sientes.
Un buen recurso son las cartas de liberación del clan familiar, porque también ayudan a romper ciclos negativos. Más adelante hablaremos de ese tema.
3. Sacar tiempo para ti con regularidad.
Y la idea de esto es que hagas algo que disfrutes. Para esto no tienes que incurrir en grandes gastos, ni tiene que ser una gran aventura, se trata simplemente de hacer algo que te haga sentir bien.
Ver una película, cocinar algo que te guste, leer, jugar videojuegos, lo que te haga disfrutar. De vez en cuando, también es bueno meditar; puedes encontrar muchas respuestas escuchando la voz en tu interior.
4. Perdonar
Este es otro de los temas que hace a muchos pensar “no es tan simple como suena”. Y hasta cierto punto, es cierto. Pero aclaremos: perdonar no es sinónimo de olvidar, es darte el permiso de dejar algo en el pasado y seguir adelante sin resentimientos.
Para lograr el perdón es necesario primero expresar tu enojo (si es preciso, lee el punto 2 otra vez), dejar salir todo lo que sientes en relación a lo sucedido. Luego, hacer el luto pertinente, es decir, darte un tiempo aceptando el dolor, y finalmente hacer un cierre, algo que te ayude a dejar el pasado atrás.
Si tu experiencia es algo que te marcó, puedes trabajarlo en una Constelación, o en terapia. Y si eres de los que necesita un manual paso a paso, te recomiendo el libro “La ley del espejo”, de Yoshinori Noguchi.
5. Elimina el ataque de tu mente
Sentirse atacados es una de las causas principales del mal sentir de las personas. Sin embargo, en muchos casos, esos sentimientos sólo están en nuestra mente, en efecto no estamos siendo agredidos.
Tal como nos enseña el Curso de Milagros, los pensamientos de ataque son una invención del ego para justificar su propia existencia. Puedes librarte de ellos simplemente entendiendo que el tal ataque no existe, está sólo en tu mente.
Si dejas de sentirte amenazado, te liberas de estar siempre alerta y a la defensiva, así te relajarás y podrás disfrutar mejor de todas las cosas pequeñas que suceden a cada momento, y que son la verdadera esencia de la vida.
Sea cual sea la situación que estés atravesando, recuerda: tú tienes el poder de cambiar tu realidad, sólo debes decidirlo; busca ayuda si es necesario, pero no te resignes a ser infeliz.
